EUGENIA OLIVERA (37) FUE VISTA POR ÚLTIMA VEZ EN JULIO
Está arrestada su expareja y una mujer. No había denunciado la desaparición. La División Homicidios encontró los restos a unos 30 kilómetros de la ciudad de Andalgalá. Hoy llegan peritos para analizar.
Restos óseos calcinados fueron encontrados en el marco de los rastrillajes llevados a cabo por la búsqueda de Eugenia Olivera (37), la mujer oriunda de Tucumán que había sido vista por última vez a mediados de julio.

El hallazgo fue realizado ayer a la tarde por personal de la División Homicidios en una zona conocida como Agua Salada, a unos 30 kilómetros de la ciudad de Andalgalá, al margen de la ruta provincial 46.

La búsqueda se orientó hacia ese sector tras el testimonio de pobladores que habrían observado a un hombre recorriendo la zona. Por tal motivo, la fiscal de la causa, Soledad Rodríguez, dispuso que junto con Homicidios policías de las comisarías de Andalgalá y de Belén trabajen en el rastrillaje. Luego del hallazgo de los restos se convocó a una médica del hospital andalgalense y a un arqueólogo quienes confirmaron que los restos eran humanos. La zona quedó preservada y se esperaba el arribo de peritos en Criminalística para efectuar los análisis y poder determinar a quiénes pertenecen.

La desaparición de Olivera salió a la luz el lunes por una publicación en Facebook realizada por una amiga que vive en Tucumán. En el posteo se solicitaba información de su paradero y de la publicación tomó conocimiento personal de la comisaría de Andalgalá, que informó de lo sucedido a la Fiscalía por lo que se inició una investigación de oficio ya que no existía registro de una denuncia por la desaparición.

Tras confirmar la identidad de la mujer buscada se ordenó el arresto de la expareja, un hombre identificado como Eliseo Guerrero (33) con el que tiene tres hijos en común, de 7, 5 y 3 años. De averiguaciones practicadas por los investigadores surgió que había registro de una denuncia realizada por Olivera contra Guerrero en febrero último por lesiones y amenazas, y se había tramitado en la Fiscalía de la Segunda Circunscripción Judicial.

Por su parte amigas de Olivera dieron cuenta de que ella les había mencionado que mantenía un vínculo conflictivo y violento pese a que ya se habían separado hace aproximadamente un año.

Contradicciones
A los investigadores les llamó la atención que Guerrero diera diferentes versiones sobre el paradero de Olivera. Eso surgió de los testimonios que realizaron a personas allegadas al círculo de Olivera. Desde que había sido hospitalizada por COVID-19 hasta que había viajado a Tucumán a visitar a su familia, fueron algunos de los comentarios que el hombre les hacía a quienes preguntaban de la mujer.

Perfil
Olivera era oriunda de la provincia de Tucumán pero tras conocer a Guerrero se mudaron a Andalgalá, en donde alquilaban una vivienda ubicada en avenida San Martín, en el barrio La Florida. La mujer trabajaba como secretaria en una clínica privada y estaba cursando la carrera de Enfermería en el IES de Andalgalá.

Protesta
Tras conocerse el hallazgo de los restos óseos en el marco de la búsqueda de Eugenia, un grupo de mujeres y vecinos de Andalgalá se agolparon frente a la comisaría andalgalense para pedir justicia.

El grupo estuvo encabezado por amigas y madres de compañeros de la escuela de los hijos, quienes se convocaron espontáneamente anoche frente al lugar en donde está arrestado Guerrero.

«Ella no usaba mucho su teléfono. Y sé que viajaba seguido a Belén porque había perdido su tarjeta de cobro», manifestó una mujer a los medios de prensa.

«De un día para el otro no se la vio más, nos decían que estaba intubada en Capital. Después una amiga de Tucumán le dijo que había viajado…» agregó. La amiga de Olivera se refirió al vínculo violento que tenía la mujer con su ex.

«Cuando ellos se separaron él se hizo pasar por otra persona para seguirla. Y una vez se quiso ahorcar frente a los hijos», concluyó.

Arresto
Al cierre de esta edición se confirmó que se había ordenado el arresto de una mujer en averiguación del hecho, la cual sería puesta a disposición de la Fiscalía.

 

La rescataron cuando era atacada
«Dejame que me quiero ir» fue la frase que escucharon los policías cuando llegaron a una vivienda para luego conseguir rescatar a una joven embarazada que era víctima de violencia por parte de su pareja.

El procedimiento ocurrió a las 3 en un domicilio de calle San Martín. La voz de la mujer alertó a los policías de la Comisaría Departamental de Belén, quienes fueron recibidos por el presunto agresor, que les abrió la puerta de la vivienda y observaron que estaba la joven que cursa un embarazo de cinco meses.

Según trascendió, la joven pidió auxilio a los policías ya que no podía escaparse para poder denunciarlo al sujeto que la había tomado a golpes antes del arribo de los policías.

Los uniformados trasladaron a la joven a la Unidad Operativa a los fines de resguardar su integridad física.

Por su parte se le dio participación en el hecho a la fiscal de la Tercera Circunscripción Judicial, Marina Villagra, quien ordenó que sea arrestado el presunto agresor. No obstante cuando llegaron los policías a cumplir lo dictaminado el hombre se autolesionó y tuvo que ser hospitalizado.

Por otro lado, un sujeto que era buscado por violencia de género fue capturado ayer a la madrugada por personal policial.

Aproximadamente a las 2 policías de la Comisaría Primera arrestaron a un hombre sobre el que pesaba un pedido judicial de la Fiscalía de Instrucción N° 5 por haber agredido físicamente a su pareja.

También durante la madrugada de ayer fue arrestada una persona por violar una prohibición de acercamiento.

Personal del Cuerpo de Operaciones Especiales Motorizadas (COEM-Kappa) fue hasta calle La Rioja al 1.000 y arrestó a una persona de 23 años.

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