LO ANUNCIÓ EL PRESIDENTE ALBERTO FERNÁNDEZ
Hubo protestas luego del anuncio oficial, con cacerolazos en algunos barrios porteños. Rige hasta el 30 de abril.
BUENOS AIRES – El Gobierno nacional anunció la suspensión de clases presenciales entre el 19 y el 30 de abril y restringió la circulación en el Área Metropolitana de Buenos Aires entre las 20 y las 6 del día siguiente, ante la ola de casos de coronavirus en la Argentina. «He decido tomar una serie de medidas que estimo imperiosas tomar en este momento para seguir garantizando aquello que queremos garantizar: no detener el proceso vacunatorio y que el sistema sanitario no se sature», resaltó Fernández, quien pidió a los gobernadores e intendentes que lo acompañen.
Con un mensaje grabado desde la Residencia de Olivos, que duró 18 minutos, Fernández anunció también la suspensión de las actividades recreativas, sociales, culturales, deportivas y religiosas en lugares cerrados, y que los comercios deberán cerrar a las 19, mientras que las actividades gastronómicas podrán funcionar con entrega a domicilio luego de ese horario.
En tal sentido, sostuvo que «la suba de contagios se concentra en el AMBA» y subrayó que es necesario «restringir los encuentros sociales» para bajar la circulación y «ganar tiempo para que las camas vuelvan a reservarse para la atención del COVID-19».
«Hay un crecimiento de los contagios sostenido, importante y que en gran medida, una vez más, se concentran en el AMBA. El problema no es solamente la noche, sino el descuido individual», sostuvo, y pidió a gobiernos provinciales y municipales que «fiscalicen las decisiones» que toma el Gobierno nacional.
«Nosotros como Gobierno nacional estamos monitoreando permanentemente la evolución de la pandemia en cada región de la Argentina. Espero que los gobernadores y los intendentes que entienden que deben acompañarme en este momento difícil, lo hagan», apuntó, y anunció que el cumplimiento de las medidas estará a cargo de las fuerzas federales, mientras que las Fuerzas Armadas colaborarán con la atención sanitaria donde sea necesario.
Fernández destacó que «restringir la nocturnidad no quiere decir que durante el día se puede hacer cualquier cosa». «Lo que quisimos fue evitar que después del trabajo la gente se relaje, genere encuentros, y que en esos encuentros se contagie. Si ese relajamiento se produce durante el día, el contagio también sucede. El problema no es solamente la noche, es el descuido individual de cada uno de nosotros», insistió.
Respecto a las vacunas, adelantó que llegarán más vacunas «este fin de semana» y destacó el «esfuerzo enorme para que el proceso de vacunación no se interrumpa en un mundo que definitivamente no ofrece las vacunas que el mundo necesita».
«Seguimos incansables negociando con todos, consultando a todo el que pueda ser proveedor de vacunas para que esas vacunas lleguen a los argentinos. Quiero decirles que en ningún momento nosotros acaparamos la decisión de contratar vacunas. Estoy seguro de que más de un gobernador debe haber intentado comprar vacunas para su pueblo y le ha sido difícil porque los que producen vacunas prefieren negociar con los estados nacionales», explicó.
Trotta, en offside
Horas antes del anuncio de la suspensión de las clases presenciales, el ministro de Educación, Nicolás Trotta, afirmó que las restricciones no debían comenzar por el cierre de las escuelas como primera medida. Lo dijo ante el Consejo Federal de Educación, que evaluó el estado de situación del retorno a la presencialidad a nivel federal. En ese marco, dijo que «se presentó una propuesta para administrar la presencialidad en aquellas áreas donde la situación epidemiológica se agudice».
Protestas
Apenas terminó el mensaje del presidente, en la Ciudad de Buenos Aires comenzaron los reclamos. Vecinos de Recoleta, Núñez, Palermo, Belgrano, Colegiales, Saavedra, Caballito y otros barrios encabezaron «cacerolazos» en forma de protesta por las nuevas medidas de aislamiento social que dispuso el Gobierno nacional y que rigen desde hoy hasta el 30 de abril en el AMBA. También hubo manifestaciones en San Isidro y frente a la Quinta Residencial de Olivos.