LA FAMILIA DE LA VÍCTIMA SALIÓ A LA CALLE
La Fiscalía resolvió que la mujer siga detenida en la Unidad Penal N° 2 por el asesinato de Miguel Ángel Ferreyra.
Mónica Murúa seguirá detenida en la Unidad Penal N° 2 pese al pedido de la defensa de que se le otorgue la prisión domiciliaria por razones de salud. La mujer es considerada partícipe secundaria del crimen de Miguel Ángel Ferreyra, ocurrido el domingo 10 de septiembre en Valle Viejo.

Este pedido de prisión domiciliaria fue el motivo por el que la familia de Ferreyra decidió salir a la calle. Se reunió en la esquina de Fiscalía General –avenida Virgen del Valle y General Roca– para luego dirigirse al Juzgado de Control de Garantías en donde la familia fue recibida por el juez N° 3, Lucas Vaccaroni.

Al mediodía se conoció que el fiscal de la causa, Laureano Palacios, no hizo lugar al pedido de prisión domiciliaria de Murúa, el cual había sido realizado por los abogados de la mujer durante la audiencia de control de detención del jueves. Murúa seguirá detenida en la Unidad Penal N° 2 luego de que los médicos determinaran que podía seguir en un calabozo. En tanto que su hijo, Jorge Castro, considerado autor del crimen, estará privado de la libertad en el penal de Miraflores.

El homicidio de Ferreyra ocurrió el domingo a la mañana en el barrio 140 viviendas. Ferreyra había sufrido el robo de su casco y hierros por lo que fue a reclamarle a Castro. Ambos se trenzaron en lucha hasta que Castro tomó un cuchillo con el que le asestó dos puntazos a Ferreyra, quien quedó tendido en plena calle y murió al instante.

El dolor de la familia
Desde Valle Viejo la familia llegó en motos y en autos hasta avenida Virgen del Valle y General Roca. En silencio comenzaron a desplegar sus pancartas mientras aguardaban la llegada de más familiares y amigos que querían sumarse al pedido de justicia.

Era la primera marcha organizada por la familia de Miguel, como lo recordaban todos. Niños, niñas y adultos tenían una remera blanca con una foto del joven sonriente y la frase “Siempre en nuestros corazones”.

Katya Salas, es viuda de Ferreyra y se presentó como querellante en la causa.

“Solamente queremos justicia porque una vida no se devuelve más. Me arrebataron la vida de él y acá estamos por pedir todos justicia al señor juez”. Sobre el pedido de prisión domiciliaria de la mujer, Salas dijo: “Murúa está bien, le pedimos al juez que no queremos prisión domiciliaria. Pueden salir y a nuestros hijos amenazarlos. Tenemos miedo”.

Ella manifestó que no conocía a los dos imputados por el crimen pero que su esposo sí.

«Eli» Herrera es la madre de la víctima y conmocionada expresó unas pocas palabras para recordar a su hijo: “Era una excelente persona. Era mi hijo y me lo mataron, quiero perpetua y que paguen lo que hicieron”.

Otra de las voces del dolor fue la de una hermana de Miguel: “Yo necesito que se haga justicia. Necesito que esos asesinos no salgan más, que les den perpetua. Pido justicia por la vida de mi único hermano varón”.

Antes de que marcharan por avenida Virgen del Valle hacia el Juzgado de Control de Garantías, el que habló fue un tío, quien se refirió a las amenazas sufridas tras el hecho de sangre.

“Son una familia muy peligrosa de verdad, familiares directos de ellos, hasta el padre. En libertad pueden hacer más daño del que hicieron. Y si no se hace justicia se va a ir agravando día a día la situación”, lanzó.

Iván, un primo de Ferreyra, dijo que el fallecido era como un hermano. “Miguel dejó dos criaturas, son chicos todavía. La verdad, lo mataron como mataron a un animal, fue muy feo lo que le hicieron. Vamos a esperar a ver qué dice la justicia. Hoy todos estamos amenazados”, manifestó. El hombre dijo que un familiar de Castro, al que no quiso identificar, fue hasta su casa y lo amedrentó para que dejaran de salir a reclamar. “Decían que nos dejemos de hacer los chistosos, los pícaros. Si ya está muerto por qué hacemos esto y que uno por uno va a cagar”.

Iván confirmó lo manifestado por la viuda de Ferreyra el martes. Hubo una amenaza dos días antes del homicidio. “Hubo una discusión. Castro lo había amenazado que lo iba a matar, ya estaba todo decidido lo que le iban a hacer”.

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