Las personas con esta enfermedad no tienen por qué seguir un régimen súper restrictivo. Aquí les ofrecemos una dieta basada en alimentos variados que favorecen la producción de insulina de manera natural y regulan el nivel de azúcar en sangre.

La diabetes es una enfermedad que modifica sustancialmente la forma de alimentación de quienes la padecen, pero no por eso las personas deben caer en dietas basadas en unos pocos alimentos.

Según el doctor Norberto Carbonelli, médico especialista en nutrición, «lo más recomendable es enriquecer la dieta en función de las necesidades del organismo, y esto otorga opciones de alimentación muy variadas y completas. Con la incorporación de pescados, vegetales y legumbres, es posible que el menú de cada día sea más sabroso que el anterior’: «Sin embargo -aclara el especialista-, no hay que olvidar que existen ciertos alimentos que pueden resultar nocivos y hasta peligrosos en la dieta para diabéticos tipo 2. Consumir azúcar, grasas saturadas y carbohidratos complejos puede ocasionar verdaderos problemas en la metabolización”.

TIPO PARA DIABÉTICOS TIPO 2
El doctor Carbonelli recomienda:

Los panes y las galletas deben preferirse en sus versiones integrales, es decir, los que evitan en su composición la harina blanca de trigo. Esta, al igual que todos los ingredientes refinados, deben ser eliminados de la dieta.
Las proteínas que habitualmente se consumen en las porciones de carne y de huevos deben ser limitadas a dos veces por semana y reemplazadas por otras fuentes, por ejemplo, pescado y pollo.
Los lácteos no deben ser eliminados de la dieta bajo ningún punto de vista. Consumir las versiones descremadas y evitar la manteca por su alto contenido graso.
VEGETALES, FRUTAS Y COLACIONES
Los vegetales deben formar parte de la alimentación diaria y no deben elaborarse con aceite caliente. Las mejores variantes son cocidos al vapor, asados o directamente crudos. Es importante tratar de no consumir vegetales con mucho contenido de almidón, como la papa.
Las frutas aportan la fibra que el diabético necesita para procesar y metabolizar los alimentos que consume. A pesar de contener azúcar natural, son beneficiosas para la salud. En especial los frutos rojos son recomendables por sus valores antioxidantes y su capacidad de controlar los niveles de azúcar en la sangre. Ya sea como colación, postre o desayuno, se debe ingerir fruta al menos dos veces al día.
A la hora de los snacks, se deben buscar alternativas para las frituras y las harinas. Una buena opción son las frutas secas, que aportan grasas buenas (monoinstaturadas) y sacian mucho. La porción debe ser limitada, pues contienen muchas calorías. Otra opción es, por ejemplo, reemplazar un helado (que lleva mucho azúcar y bastante grasa) con un batido de yogur descremado y fruta congelada.
Endulzar siempre con edulcorantes.
LA ORGANIZACIÓN DE LA DIETA
La dieta debe repartirse en seis comidas respetando el horario y el número de raciones. A través de una dieta correcta se puede lograr que el cuerpo produzca más insulina de manera natural y regule su nivel de azúcar en sangre.
Con respecto a las bebidas:

El agua no engorda, es necesario tomar unos dos litros de agua al día.
En caso de hiperglucemia hay que aumentar la cantidad de líquidos.
Son de consumo libre las infusiones y los caldos sin grasa.
Otro gran enemigo de la salud de un diabético es la gaseosa azucarada. No sólo contiene enormes cantidades de azúcar, sino que además lleva mucho sodio, que también entorpece la eliminación de toxinas. Lo ideal es erradicarlas completamente de la dieta.
Doctor Norberto Carbonelli.
Médico especialista nutrición recibido en la UBA.
M.N. 79619. Maestría en medicina clínica y estética M.N. 38187

 

 

 

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