EL DÉFICIT TURÍSTICO
En “El Termalismo Argentino” se destaca, además de las “Aguas de Fiambalá”, otras en territorio catamarcano:

 Aguas de Villa Vil (Belén), en el fondo de la quebrada de Villa Vil, sobre la falda occidental de la sierra de Hualfín, a unos 1.770 msnm. Son aguas bicarbonatadas, cloruradas sódicas, sulfatadas y silicatadas de mineralización media. Temperatura de surgencia 60º C.

 Aguas de Cura Fierro (Belén), en la quebrada de Villa Vil, sobre la falda occidental de la sierra de Hualfín, a unos 1.690 msnm. Son aguas carbogaseosas, clorurado-bicarbonatadas-sulfatado-sódicas y silicatadas de fuerte mineralización. Temperatura de surgencia 14 º C. El caudal es escaso, unos seis litros a la hora. Utilización terapéutica: renal digestivo y metabólico.

 Aguas de Las Higueritas (Tinogasta), en la quebrada del mismo nombre, a 15 km de la ciudad de Tinogasta. Son aguas bicarbonatadas, cloruradas, sódicas, cálcicas, sulfatadas de mineralización media. Temperatura de surgencia 23º C.

 Aguas de Hualfín (Belén), en la sierra de Hualfín. Son aguas bicarbonatadas, sódicas, sulfatadas de mineralización media. En sus alrededores existen numerosas fuentes termales, como ser:
 La Ciénaga: en el poblado de La Ciénaga (aguas sulfatadas mixtas y silicatadas de mineralización débil. Temperatura de surgencia 30ºC. Altitud: 1.400 m.
 La Colpa: (aguas carbogaseosas, clorurado bicarbonatadas de mineralización fuerte. Temperatura de surgencia 26º C. Altitud 1.950 m.
 Aguas de Dionisio: a 20 km de Hualfín (aguas sulfatadas mixtas de fuerte mineralización). Temperatura de surgencia 24º C. Altitud: 2.000 m.

 Aguas de Andalgalá (Andalgalá), que a su vez, tiene otras fuentes como:
 Vis-Vis: En la quebrada de Amanao (aguas cloruradas mixtas). Temperatura de surgencia 38º C.
 Los Nacimientos: Al N de la anterior (aguas cloruradas mixtas). Temperatura de surgencia 37º C. Altitud 2.300 m.
 Choya Ojo Dulce: Surgen en el lecho del río que atraviesa el poblado de Choya (aguas oligometálicas bicarbonatadas). Temperatura de surgencia 16ºC.

Las aguas termales de las sierras de Fiambalá, conocidas como “Termas de Fiambalá” son, sin lugar a dudas, las que lograron un mayor desarrollo. Incluso másque las de Hualfín, Villa Vil o La Aguadita en Tinogasta.

Qué son las termas de Fiambalá

Las importantes aguas de estas termas son de indudable origen subvolcánico.
El peculiar magma que bajo ese bloque rocoso anidó entre las capas subterráneas durante millones de años hizo tanta presión que abrió una grieta entre los pliegues de la montaña. Así brotó la lava que corrió bajando por las laderas orientales y occidentales de las sierras de Fiambalá, pintando sus faldas, recubriendo con un engobe a veces multicolor sus quebradas y cada intersticio de la montaña.

La herida producida en el interior del cordón montañoso no se cerró y un día empezó a fluir desde las profundidades, agua en casi estado de ebullición. Desde siempre existieron “los baños” y ya nuestros pueblos de la antigüedad los conocían; sus jefes, caciques y curacas concurrían a aliviar sus males, dolores y cansancio en sus aguas “milagrosas”. Lo mismo ocurría en las “aguas calientes” y “las colchas” en el interior del valle de Hualán o Gualán (actualmente conocido como cráter del volcán Galán).

Esta vertiente surge en lo alto de la montaña, en la zona o región conocida por los geólogos como Alta Grande. Es granito mineralizado, derivado de un magma, que tiene relación con el foco ígneo (anomalía de temperatura que da origen a las aguas termales) y aún persiste a pesar de los millones de años que pasaron. Este “campo”, rodeado por otra zona de rocas metamórficas donde su altura más importante es el cerro Pabellón -3.354 msnm-, baja como si fuera un río o arroyo, hacia el poniente por una angosta quebrada, conocida como “De los árboles” franqueada al N por gigantescos paredones rocosos que caen a pique, con alturas de casi 100 m y hacia el S por un gredoso y áspero cordón montañoso. Esta quebrada tiene aproximadamente 1 km de largo, baja en un pronunciado desnivel hasta perderse rápidamente en el secadal arenoso de los médanos del valle de Fiambalá, casi al final de las mundialmente famosas dunas de Fiambalá, Saujil y Tatón. En el fondo de la depresión corre el bravío río Abaucán.

La naturaleza volcánica de muchas de nuestras montañas, especialmente en la zona cordillerana y Puna (Tinogasta, Antofagasta de la Sierra y norte de Belén), dio como resultado el afloramiento de vertientes con aguas termales (aunque también hay algunas manifestaciones en el sudeste –Lavalle en Santa Rosa y San Martín en Capayán-).
Las aguas de las Termas de Fiambalá poseen una fuerte mineralización, fluyen –casi en estado de ebullición- de manera natural casi a los 2.000 msnm. Sus propiedades terapéuticas son muy interesantes y ampliamente difundidas: hipertermal, sódica sulfatada, silicatada, alcalina, bicarbonatada y clorurada. Recomendables para afecciones reumáticas y nerviosas por sus efectos relajantes y sedantes, también son consideradas para afecciones como la artritis, reumatismo, lumbago, limpieza de tejidos, drenaje de riñones y desintoxicación del organismo. Muchos afirman que el solo hecho de estar en un piletón casi natural de agua caliente, en medio de un paisaje tan exótico, es suficiente para sanar cualquier mal.

Desde principios del siglo pasado, este río termal de la quebrada fue de a poco sistematizándose. Primero fueron los habitantes de la zona los que concurrían a gozar de sus aguas purificadoras en los remansos que se formaban naturalmente. Luego, los encauzaron para formar piletones con las mismas piedras del lugar. La Municipalidad de Fiambalá intervino la zona, aprovechando el fuerte desnivel y conformaron piletones cuasi naturales y orgánicos, es decir respetando la morfología y los árboles existentes, bien diferenciados en función de las temperaturas del agua. Cada uno de esos piletones tiene descargas estrechas que van formando chorros de agua muy atractivos y gratificantes. Paralelamente desarrollaron infraestructura para que la estancia en el lugar sea placentera: mesas y bancos, quinchos, baños, vestuarios, servicio sanitario, dos cabañas bien equipadas y varios dormitorios para alojamiento.

No obstante, se subestimó o no se tuvo en cuenta las leyes de la naturaleza –sus designios inteligentes-. Fue así que la fuerza irrefrenable de la naturaleza, en la época estival, produce tormentas y lluvias que trae como consecuencia aludes en las quebradas importantes, entre ellas la “De los árboles”. Las consecuencias fueron de manual: arrasaron con todo lo que se interpusiera a su paso, es decir las construcciones. Esos aludes, que se repiten año a año, no solo dañan los bienes materiales, sino que ponen en serio riesgo las vidas humanas de los que allí se encuentran.

Todos los años la Municipalidad debe cerrar el ingreso a Las Termas para reparar los daños.
Esto lleva a una reflexión: hay que pensar no solamente en desarrollar el “complejo termal” en el lugar en el que se encuentra emplazado, sino que también deberían usarse las quebradas aledañas que son menos riesgosas. Esto nunca se hizo y se siguen cometiendo año tras año los mismos errores.

Esta situación nos coloca seriamente frente a la necesidad de planificar el “desarrollo” de las Termas de otra manera y con otra visión. Estamos hablando de un recurso natural increíble y único, por lo que es necesario transformarlo en un producto turístico, pensándolo seriamente a otros niveles, no solo con un criterio localista. Habría que planificarlo pensando en la hidrología médica, en el termalismo (turismo de salud), en la cura balnearia y en la balneoterapia. Sus aguas mineromedicinales así lo exigen.
Desde hace varios años nuestras termas son un atractivo no solo nacional sino internacional por las propiedades de sus aguas, por el entorno natural, por las dunas, por la majestuosa cordillera y porque es muy difícil encontrar otras que revistan estas características. Salvo ahora, por la situación que nos aqueja, es muy difícil conseguir libres las cabañas o los dormitorios, puesto que normalmente hay reservas de varios meses.

Ello nos debe llevar a pensar el desarrollo de las Termas de otra manera, no solo con una visión localista, como ya lo expresara, sino con otra que nos haga competir con las alternativas que ofrece el termalismo nacional: Litoral, Sur y Norte.

Hoy por hoy se sacó la alfombra. ¿Y qué hay? Basurillas. Uno de los viejos problemas irresolutos de Catamarca es el dominial de las zonas rurales. Pianwala (o Fiambalá) no es la excepción. Esas tierras secas, improductivas y montañosas eran estatales. Un buen día apareció la familia Carrizo siendo derechosos, esa familia las puso en venta y las compró una familia china. Luego entró en acción “Coco” Quintar, intendente del pueblo, quien habría iniciado los trámites para expropiar el sector correspondiente a la ladera occidental, donde se encuentra el complejo termal. Aparentemente no se concretó o no se completó, pues Paulón, la actual intendenta del pueblo, inició una nueva expropiación o prescripción. La familia oriental, supuesta dueña de las tierras, no se puso de acuerdo con la Intendenta y se pudrió todo. Paulón pidió ayuda al Gobernador, quien habría pedido que el Complejo Termal deje de ser municipal y pase a la órbita provincial, para iniciar la gran cruzada de la expropiación. Cuando esta historieta tomó estado público, se armó el lío.
¿No será un signo del destino, una señal de los dioses, un llamado de atención de los tiempos para producir los grandes cambios que tremendo recurso natural pide a gritos?

Pensando un futuro

Ante este panorama, cabe preguntarse si la Municipalidad de Fiambalá está realmente en condiciones de seguir administrando y haciendo crecer a uno de los complejos de termalismo con más futuro del país. Ya tenemos sobradas malas experiencias de cuando el Estado se metió en actividades comerciales y empresariales, por ejemplo en el área hotelera. Se requieren muchos recursos: humano altamente capacitado, económicos, logística, comercialización, marketing, etc.
Más allá de la onda, buena voluntad e intenciones que le ponen los empleados municipales afectados a prestar servicios en el Complejo, estimo que se debería contar con personal al que se le brinde la capacitación y formación necesaria para atender un Complejo Termal de la importancia y proyección nacional e internacional que tiene Fiambalá.

Los destrozos y daños que causan anualmente las tormentas de verano, arriesgando vidas, amerita pensar en utilizar las quebradas aledañas para seguir desarrollando y haciendo crecer al Complejo. El desarrollo de la ciencia y la técnica (en arquitectura e ingeniería) permite hacer realidad cualquier proyecto.

Se debería contar con una mayor cantidad de cabañas, un spa con saunas, hidromasajes, barroterapia, vinoterapia (como lo hacen otras provincias, incluso nuestros vecinos, tales como Cafayate o Rosario de la Frontera), unos buenos bares y un buen restó con vista panorámica al valle. Diseñar y construir huellas y sendas para actividades de vida en la naturaleza (montañismo, trekking, senderismo, caza fotográfica, avistaje de avifauna) con instructores y guías, que hoy son una necesidad. El conjunto de estas actividades en los alrededores del Complejo, más las dunas de “La Herradura”, el Cañón del Indio, la quebrada de Las Angosturas, el Paso de San Francisco propiamente dicho y “Los Seismiles”, entre otros atractivos turísticos, harían que la estadía de los turistas que llegan a Fiambalá se complemente y extienda en más días.

Una de las leyendas
Son conocidas las historias de importantes personalidades nacionales e internaciones que se sumergieron en sus aguas. Realidad o leyenda, se cuenta que hace unos años un importante personaje mundial, afectado seriamente por una crónica dolencia, consulta en Europa sobre un tratamiento alternativo para curar su mal. Le responden que en el sur de América, en la ladera de una de las más grandes cordilleras del planeta, los Andes, hay una fuente termal totalmente natural con las propiedades curativas específicas. Es así que sus representantes y la embajada realizan los trámites pertinentes. Se trata de las termas de Fiambalá. La Municipalidad decide cerrar las instalaciones “para limpieza, desinfección y arreglos” por varios días, blindando su ingreso. Al aeródromo de Tinogasta llega un jet privado que inmediatamente traslada a la comitiva directamente al incipiente Complejo Termal.
Era el tenor italiano Luciano Pavarotti.

Una reflexión final
Es tiempo ya de que entendamos que el turismo es una de las pocas industrias “limpias” que produce un efecto dominó beneficioso para toda la comunidad donde se emplaza. Quizás sea la oportunidad de empezar a desarrollar un turismo sostenible o sustentable, que aplique realmente los principios de la sostenibilidad, minimizando el impacto sobre el ambiente y la cultura local y contribuyendo a generar ingresos y empleo genuino para la población local.

J. Eduardo Aroca
Catamarcano
Guía y experto en Turismo, docente,
montañista, fotógrafo y escritor

 

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