EL MINISTERIO DE TRABAJO DE LA PROVINCIA
El gerente de la empresa confirmó la noticia, pero ningún empleado recibió una notificación formal. Ayer tomaron la planta.

El Ministerio de Trabajo, por intermedio de la Dirección de Inspección Laboral, intimó a la empresa Textilcom por el cierre de la planta y el despido de 124 trabajadores. Fue porque ayer, mientras los empleados tenían un día de franco, aprovecharon para intentar desmantelar la planta ubicada en calle Echeverría, entre Salta y Rivadavia, en el predio de la ex Yersiplast. Los empleados pasaron la noche en la planta y prometen quedarse hasta tener alguna respuesta formal, pero en la DIL ya anticipan que habrá que esperar para negociar las indemnizaciones. Había sido inaugurada hace apenas 21 meses, el 24 agosto de 2022, con la presencia del entonces secretario de Industria de la Nación, José Ignacio de Mendiguren. El dueño es Carlos Villariño y producían para Cheeky, Topper y 47 Street, entre otras.

En horas de la siesta, empleados de la fábrica Textilcom decidieron iniciar una toma pacífica de la planta cuando descubrieron que los empresarios estaban dispuestos a cerrar la fábrica sin previo aviso. Los empleados aseguraban que eran alrededor de 143 compañeros, aunque la DIL manejaba el dato de 124 personas.

Los empleados tuvieron dos días de «descanso» entre lunes y martes, situación que les pareció irregular porque la empresa ya les adeudaba parte del sueldo de abril bajo el fundamento de la crisis económica. Decidieron presentarse igualmente y al llegar a la fábrica se dieron con la novedad de que se había comenzado con el empaquetado de las herramientas de trabajo, lo que anticipaba el cierre del lugar. Luego, el gerente de la planta, Jorge Roldán, confirmó la noticia y dijo que se hablaba de un «cierre definitivo» porque «no tenemos trabajo».

Juan Saracho y Emilio Bustos, delegados gremiales, en diálgo con El Ancasti, relataron lo ocurrido. «Nos enteramos por mensajes que había movimientos, decidimos venir y nos dimos con que estaban guardando todo para cerrar. Queremos preservar las fuentes de trabajo y trabajar por nuestras familias», manifestó Saracho. Bustos comentó que se adeudan sueldos de abril, pero desde hace tres meses que ya había problemas y el sueldo se estaba pagando en tres partes. «Hicimos un acuerdo que nunca se cumplió y ahora quieren cerrar las puertas. Nos manipularon para no venir a trabajar hoy y así pretendían sacar todo e irse», lamentó.

Los delegados señalaron que no tuvieron ninguna comunicación oficial. De hecho, la confirmación del gerente fue al ser consultado por los medios allí presentes.

El titular de la DIL, Diego Romero, fue hasta la planta y reconoció que la empresa ya «venía diciendo que la situación era complicada y estaba buscando un acuerdo para pagar los sueldos». «Estamos viendo cómo van a ser las condiciones para desvincular a los trabajadores. Vamos a velar para que se liquide como corresponde la indemnización, además de la deuda salarial de abril. Queremos que se les pague lo que indica la ley y queremos llevarle algún tipo de tranquilidad a la gente de que vamos a trabajar por eso, pero entendemos que es un cierre definitivo, según nos comunica el gerente de la planta», dijo el funcionario.

En horas de la noche, la DIL finalmente firmó el acta con la que intimó a la empresa a aclarar la situación de los trabajadores, ya que no se notificó formalmente ningún despido ni el cierre de la planta, más allá de lo evidente. Además, puso a disposición sus herramientas de asesoramiento a los trabajadores.

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