LA VIVIENDA DE VILLA PARQUE CHACABUCO PASÓ A CAPITAL, DÉSPUES DE  CASI 5 DÉCADAS

Se debe al intercambio de inmuebles entre el gobernador Raúl Jalil y el intendente capitalino Gustavo Saadi.
La Provincia de Catamarca ya no cuenta con una residencia oficial para el Gobernador, un hecho particular, puesto que la situación se presenta por primera vez en casi medio siglo, aunque -a diferencia de otras residencias oficiales- aquí nunca se impuso a un jefe de Gobierno la obligación de mudarse.

La inexistencia de una residencia pensada con esos fines surge a partir de los intercambios de inmuebles, propiedades y competencias sellada en las últimas semanas por el mandatario Raúl Jalil y el intendente capitalino Gustavo Saadi.
En virtud de esos convenios, por ejemplo, el Parque de los Niños, las plazas Crisanto Gómez (avenida Alem y avenida Acosta Villafañe) y Raúl Alfonsín (avenida Güemes y Caseros) pasaron a dominio de la Capital, por el término de 20 años. Como contrapartida, el Centro de Innovación y Desarrollo (en avenida Presidente Castillo, predio que contiene la casona de Mardoqueo Molina), pasó a Provincia, al igual que la Planta de Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos.

Entre esos cambios de jurisdicción ingresó la casa de Villa Parque Chacabuco, que se mantuvo durante muchos años como residencia del Gobernador, aunque ninguno se haya instalado a vivir allí: el inmueble fue cedido ahora al municipio capitalino.
Hubo desde que se confirmaron estos cambios algunas observaciones y quejas motivadas por el análisis de quién “gana” y quién “pierde” con los cambios, pero al margen de ello, que es opinable, se cierra una etapa de 46 años con el fin de la residencia oficial.

Pirquitas y Parque Chacabuco
La idea de la residencia oficial fue concretada por el exgobernador Hugo Mott en 1974, que la inauguró sobre un predio cedido por la desaparecida dirección de Agua y Energía, en la paradisíaca zona de Villa Las Pirquitas, en el departamento Fray Mamerto Esquiú.

Distintos gobernadores se instalaron allí, y el último que lo hizo fue Ramón Eduardo Saadi, hasta que la intervención federal resuelta por Carlos Menem lo desplazó del poder en 1991. Pero eso no cambió el destino de Pirquitas, ya que incluso el interventor designado, el fallecido Luis Prol, también se mudó a esa casa.

Cuando asumió el poder el Frente Cívico y Social, la casa quedó en el olvido, y hasta motivó denuncias por abandono. La residencia cumplió algunas funciones esporádicas como centro de salud y hostería, marcando una parábola decadente hasta que la recuperó el actual intendente, Guillermo Ferreyra.

Paralelamente comenzó a funcionar una nueva residencia, esta vez en Villa Parque Chacabuco, donde tampoco vivió ningún gobernador, pero sí fue muy utilizada.

Eduardo Brizuela del Moral y Lucía Corpacci asistían con bastante frecuencia durante sus respectivos mandatos. La consideraban un lugar cómodo para reuniones de gabinete o tareas que no requerían quedarse en el centro, como también les permitía trabajar con comodidad en jornadas alteradas por manifestaciones o protestas en Sarmiento y República.

Nueva etapa

Ahora la Casa de Gobierno no funciona como tal porque va camino a convertirse en museo, y tampoco hay residencia oficial, de manera que es una etapa sin precedentes, que no altera demasiado a nivel institucional pero no deja de ser una curiosidad. El Gobernador trabaja generalmente en lo que era el CID, y vive en su domicilio particular.

Esto marca una diferencia con otras residencias oficiales, como la famosa Quinta de Olivos, que en realidad no es del Estado sino privada. Esa residencia pertenece a los herederos de Miguel de Azcuénaga y fue cedida al Gobierno solo en calidad de préstamo y con condiciones.

Si la Quinta de Olivos permanece desocupada más de 30 días, dejará automáticamente de ser la Residencia Presidencial. Por eso allí vivieron la mayoría de los presidentes.
Ni Marcelo T. de Alvear ni Hipólito Yrigoyen (durante su segunda presidencia) decidieron vivir en la Quinta de Olivos, por lo que el presidente de facto José Félix Uriburu fue el primer mandatario argentino que la ocupó junto a su familia. Mientras, Agustín P. Justo y Juan Domingo Perón se encargaron de reformar y modernizar la propiedad de acuerdo a sus gustos personales, pero no la utilizaron como su residencia habitual. Fue nuevamente un presidente de facto, el general Pedro Eugenio Aramburu, quien volvió a instalarse formalmente en Olivos. Arturo Frondizi fue el primer presidente constitucional en vivir con su familia en la quinta presidencial.
A partir de allí los presidentes que menos tiempo pasaron en Olivos fueron Héctor Cámpora, quién durmió en la quinta solamente la noche del 20 de junio de 1973, ya que eligió vivir en su propio piso en Barrio Norte y Adolfo Rodríguez Saa, cuyo efímero paso por la presidencia solo le permitió permanecer en este lugar durante tres días. Desde el regreso de la Democracia en 1983 vivieron allí los presidentes Raúl Alfonsín, Carlos Menem, Fernando de la Rúa, Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner, Cristina Fernández de Kirchner, Mauricio Macri y Alberto Fernández, quien actualmente reside en ella junto a su familia.
Según la voluntad de los dueños, cuando deje de ser residencia deberá convertirse en un parque abierto al público. En Catamarca, en tanto, no se conoce ningún proyecto o iniciativa para crear una nueva residencia oficial.

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