En Paraná

Ya clasificado a los cuartos de final de la Copa de la Liga, Miguel Russo apostó a una formación alternativa, con muchos juveniles debutantes, y redondeó un flojo partido. Cerca del final, Lautaro Torres marcó el único gol con un cabezazo.

Patronato gana en Paraná y no es un triunfo más. Se trata de su primera vez ante Boca, ni más ni menos. Entonces, por más que su ilustre visitante juegue con un piberío y algunos experimentados como el arquero Javier García, el partido tendrá ribetes históricos. Y tampoco será un encuentro más para los xeneizes, por más que el objetivo principal sea la Libertadores y el pasaje a los cuartos de final de la Copa de la Liga Profesional se haya conseguido hace una semana. Porque la imagen que deja el equipo de Miguel Ángel Russo en Entre Ríos es “horrible” a decir de Franco Soldano. Y deja un interrogante: ¿el recambio no funciona? ¿No se pueden resfriar los titulares?

Boca jugó mal. Decididamente mal. Se notó la falta de trabajo de un conjunto que sólo intentó cumplir con el fixture en el que hubo tres debutantes: Renzo Giampaoli (20 años) y Ezequiel Fernández (18) de entrada y Nicolás Valentini (20) en el segundo tiempo. Volvió Marcos Rojo después del desgarro y Jorman Campuzano tras atravesar el Covid-19.

No obstante, no hubo conexión. Faltó volumen de juego y profundidad. A excepción de alguna combinación entre Agustín Obando y Frank Fabra, que pasó en el primer tiempo, casi nunca inquietó a Matías Ibáñez. Y sólo remató dos veces al arco. Soldano, más allá de su certero diagnóstico, volvió a estar aislado, casi sin gravitación.

Y Patronato se sintió cómodo en este contexto. A bordo de un 4-4-2 en el que Gabriel Gudiño y Neri Bandiera, los volantes externos, se mostraron muy picante y los dos centrodelanteros, activos. En especial, Junior Arias. El uruguayo generó la situación más clara en el primer tiempo. Recibió un saque largo de Ibáñez, controló y se la pinchó a García, que estaba adelantado. El arquero retrocedió dos pasos y evitó el gol a mano cambiada.

Después, Gudiño escaló por la derecha y su disparo cruzado se perdió muy cerca del poste derecho de García. Y en una pelota parada no pudo conectar el rebote Dylan Gissi. El marcador central suizo le pegó mordido cuando estaba frente al arco.

Russo advirtió que su equipo no tenía profundidad y cambió a los laterales. Entraron Julio Buffarini y Agustín Sandez y salieron Capaldo y Fabra. Y pareció funcionar en el comienzo del segundo tiempo. No obstante, los desbordes por izquierda, a veces Sandez y en otras oportunidades Obando, no resultaron. Las pelotas terminaron en facilidades para los centrales locales. Entonces, Iván Delfino hizo dos modificaciones clave. Primero, ingresó Bruno Urribarri por Bandiera; un ratito después, Lautaro Torres por Arias. Y Patronato comenzó a jugar mejor, sobre todo por el manejo de la pelota que tuvo Héctor Canteros. Surgido en Vélez, pero de recorrido por el exterior (Villarreal, Flamengo, Chapecoense y Ankaragücü de Turquía) se afincó en Paraná y es el futbolista que puede aportar mayor claridad.

Fue decisivo en el gol. También, los recién ingresados. Porque Torres armó una pared con Canteros y Tito abrió para Urribarri. El lateral desbordó, metió el centro al corazón del área y el propio Torres, que había comenzado la jugada, cabeceó de frente al gol ante el asedio de Valentini -había reemplazado un rato antes a Rojo- y la estirada de García.

Russo le había dado vuelo a Diego González en lugar del pibe Fernández. Y si el mediocampo era lento, ni hablar con el ingreso del Pulpo. Gonzalo Maroni estuvo perdido, nunca pudo armar un circuito de juego aceitado. Por eso brillaron las ausencias de Cristian Medina, Alan Varela y Agustín Almendra, los juveniles que adueñaron de la zona medular.

Urribarri volvió a proyectarse por la izquierda y sacó un zurdazo cruzado que García manoteó. Después, Sosa Sánchez se lo perdió debajo del arco. El uruguayo cabeceó mal.

Boca tuvo la pelota (61%) la mayor parte del partido, pero de poco sirve si no puede lastimar. Y terminó de consumar su segunda derrota consecutiva:el miércoles había perdido ante Barcelona en Guayaquil.

¿Es preocupante? Si los titulares se recomponen el martes ante Santos en Vila Belmiro todo quedará atrás. Pero habrá que plantearse que cantidad no siempre significa calidad, por más profuso que sea el plantel.

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