ABUSO SEXUAL INTRAFAMILIAR
Estaba previsto el sorteo de jurados para un juicio popular. Sin embargo, el fiscal y la defensa, ante la confesión y la prueba obtenida, llegaron a un acuerdo para la pena.
En la Cámara de Sentencia en lo Criminal de Segunda Nominación, se llevó a cabo el sorteo de jurados para un juicio popular, por un grave hecho de violencia sexual en el ámbito intrafamiliar. El juez Miguel Lozano Gilyam fue designado como juez director. El Ministerio Público Fiscal fue representado por el fiscal del caso, Laureano Contreras y el fiscal de Cámara, Augusto Barros. La defensa fue ejercida por la defensora Penal Oficial de Segunda Nominación, Florencia González Pinto.

El imputado debía responder por siete hechos de “abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo”. La víctima es su hija, con quien tuvo varios hijos-nietos. Los ultrajes sucedieron en el interior provincial. Dada la gravedad del delito, la audiencia se desarrolló a puertas cerradas.

De acuerdo con información a la que se pudo acceder, el Ministerio Público Fiscal y la Defensa, ante la suspensión y la prueba, presentaron un acuerdo. Ante esta situación, el juez director suspendió el juicio por jurado y llevó adelante un juicio abreviado.

El acusado confesó los ultrajes y admitió su responsabilidad. Luego, el magistrado escuchó a las partes. Tanto los fiscales como la defensora coincidieron en una pena de 17 años de prisión. Finalmente, el juez director hizo lugar al acuerdo y declaró culpable al hombre que venía imputado por graves delitos contra la integridad sexual. A la vez, lo condenó a 17 años, como se había solicitado. Una vez leído el veredicto, el ahora condenado regresó al Servicio Penitenciario Provincial.

Intrafamiliar
El abuso sexual en la infancia (ASI) es una de las formas de violencia más extrema que niños, niñas y adolescentes pueden sufrir. No obstante, el dato más importante que advierten los profesionales en esta temática es que en la gran mayoría de los casos se trata de abusos sexuales intrafamiliares: padre, abuelo, hermano, tío o primo son los principales sospechosos.

El victimario realiza un abuso de poder. A través de diversos mecanismos de manipulación y amenaza, quien abusa genera en la víctima un sentimiento de culpa y vergüenza. Es por ese motivo que quienes lo sufren pueden tardar mucho tiempo, incluso años, hasta que pueden poner en palabras lo que les sucedió.

Al respecto, especialistas en esta temática advierten que la familia “puede ser un territorio favorable” para maltratar y abusar de chicos y chicas. Niños, niñas y adolescentes suelen ser silenciados por sus propios agresores, mediante distintas estrategias. El agresor sexual se vale del miedo, la culpa y la manipulación. De esta manera, promueve la impunidad en estos actos de violencia. “Se trata de una órbita de violencia, de la familia como prisión”, se remarcó.

A la vez, se destacó que la vulnerabilidad en estos casos reside en el hecho de que chicos y chicas, por su inocencia, condición física o sexual no comprenden la criminalidad de los ultrajes, más aún cuando el agresor es padre o un familiar cercano. “Estos agresores se aprovechan del amor y la confianza. Niños, niñas y adolescentes advierten que algo malo está sucediendo, quedando atrapados en un círculo de silencios y secretos familiares”, explicaron.

Violencia sexual
La violencia sexual es cualquier actividad o contacto sexual que ocurre sin consentimiento. Puede involucrar fuerza física o amenaza. También puede ocurrir debido a coerción o amenazas. Si usted ha sido víctima de violencia sexual, no es su culpa. La violencia sexual nunca es culpa de la víctima.

La agresión sexual, el abuso sexual, el incesto y la violación son todos tipos de violencia sexual.

El perpetrador -persona que causa la violencia sexual- puede ser un miembro de la familia, persona en una posición de autoridad o influencia en la vida de la víctima, pareja íntima o cónyuge, amigo o compañero de trabajo.

Ante una situación de violencia, propia o de una persona conocida, el primer paso es comunicarse a través de los distintos medios. La denuncia es importante para que la Justicia pueda arbitrar los medios y facilitar los canales de las instituciones y organizaciones que están involucradas en el abordaje integral para que puedan intervenir.

Podés hacer la denuncia en la Unidad Judicial o en la Fiscalía Penal.

También podés acercarte a los Juzgados de Familia, en Perú 18. En el interior de la provincia, en cualquier comisaría o Juzgados de Paz.

 

 

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