COPA LIBERTADORES
El Millo venció 2-0 a Palmeiras en Brasil, pero quedó fuera de la Copa por el 0-3 en contra de la ida. Al equipo de Gallardo le anularon un gol y terminó jugando con diez por la expulsión de Rojas. Aún así fue mejor.
River quedó hoy a las puertas de su tercera final consecutiva de la Copa Libertadores, al vencer 2-0 como visitante a Palmeiras en un partido lleno de incidencias y emoción, pero que terminó -gracias al global de 3-2-, con el equipo paulista clasificado al partido por el título en Río de Janeiro, el próximo 30 de enero.
Luego de un momento de zozobra en el que apareció el arquero Franco Armani para taparle un cara a cara a Rony, un cabezazo del paraguayo Robert Rojas, a los 28 minutos del primer tiempo, abrió el marcador para el «Millonario».
Desde ahí, la actitud pasiva de Palmeiras envalentonó a River, que antes del descanso encontró el segundo tanto, con un cabezazo de Rafael Santos Borré, tras un desvío en el primer palo de Matías Suárez.
En el complemento, tras la expulsión de Rojas, el protagonista absoluto fue el VAR: primero anuló un gol de Gonzalo Montiel por un off side muy fino de Santos Borré en el inicio de la jugada, luego rectificó la decisión del árbitro uruguayo Esteban Ostojich que había cobrado un penal sobre Suárez, y por último no le dio una pena máxima al «Millonario» por infracción sobre el delantero colombiano, que también en teoría estaba fuera de juego.
Así, producto del 3-0 que logró en Avellaneda, el conjunto paulista logró ser finalista de la Copa Libertadores el próximo sábado 30 de diciembre, en Río de Janeiro, donde enfrentará al ganador de Santos-Boca (ida 0-0).
Si hubiese podido elegir una forma de quedar eliminado luego de la bronca que le quedó del encuentro de ida, Gallardo hubiese elegido ésta.
Es cierto que para tener esperanza, River primero tuvo que saber sufrir y apoyarse, como tantas otras veces, en Franco Armani, que en el cara a cara con Rony le adivinó la intención de gambeta y se quedó con la pelota.
Gallardo había apostado por Rojas sobrando para las coberturas a las espaldas de Pinola y Díaz, con Angileri y Montiel liberados para hacer el carril.
De todas formas, recién pudo abrirlo y empezar a creer a partir de los 29 minutos, con un soberbio cabezazo de Rojas, a la salida de un córner.
La pasividad de Palmeiras era su principal enemigo, porque dejaba jugar a River y ni siquiera era intenso para meterse atrás y defender la diferencia que todavía tenía.
Y antes del descanso, de otro centro -el principal recurso de River en la noche paulista-, Matías Suárez desvió en el primer palo y empujó Santos Borré para dar un paso más al objetivo inicial.
El arranque del complemento, lógicamente, River fue un vendaval futbolístico que arremetió contra el arco de Palmeiras y en el que no logró el tercer tanto, solo por el VAR.
El equipo arbitral le anuló un gol a Gonzalo Montiel por un milimétrico off side de Santos Borré en el inicio de la jugada que derivó en un centro de Angileri.
Después llegó la expulsión de Rojas que parecía complicar el panorama para Gallardo, pero al contrario, mantuvo la presión y el dominio total sobre Palmeiras.
El VAR volvió a aparecer para rectificar (bien) un penal que inicialmente había sancionado Ostojich, por un piletazo de Suárez.
Después lo tuvo Paulo Díaz con un cabezazo tremendo que rechazó a medias Weverton y que, en el rebote, Santos Borré reventó el palo cuando tenía todo el arco a su merced.
Y, en el noveno minuto de descuento, otra vez el VAR: Ostojich fue a revisar un posible penal sobre Santos Borré, que dio la sensación de ser derribado, pero también vio una posición adelantada previa, que sancionó.
Se terminó la temporada de River y, ahora, llegará el momento de la reflexión de Gallardo sobre su futuro y el de su plantel.